DE LA GESTIÓN DE PROYECTOS A LA ADMINISTRACIÓN DE EMPRENDIMIENTOS – Periódico Página100 – Noticias de popayán y el Cauca

DE LA GESTIÓN DE PROYECTOS A LA ADMINISTRACIÓN DE EMPRENDIMIENTOS

Por CARLOS VICENTE TAPIA

Desde hace algún tiempo, viene dándose un debate al interior de las teorías administrativas, y particularmente en aquellas que son propias de la denominada gestión cultural.

En los años 90, tras la crisis de los ochenta, la llamada década perdida, el Occidente tecnocrático impulsó una adaptación de los enfoques administrativos públicos y privados a lo que se denominó gestión de proyectos. Estos eran puntuales, tenían un horizonte temático concreto, y unos cronogramas de inicio y final que, supuestamente, impedirían la corrupción resultante de la inversión o la administración pública, sobre determinados sectores. La cultura no fue una excepción. Así la tipificación de proyectos orientados a satisfacer necesidades las más de las veces turísticas o de formas tradicionales de expresión cultural, particularmente concentrada en museos u otras áreas del patrimonio tangible cultural, vino a ser la norma para el adecuado control presupuestal y ejecutivo de inversiones que generalmente se complementaban entre lo nacional y la llamada “cooperación extranjera”.

Tras la crisis de 2008-09, el modo(y la moda) de gestionar proyectos se vino abajo por simple y elemental carencia de presupuestos, pero además por un hecho esencial: los proyectos implican una dependencia bien sea del polo público o del privado(nacional y/o foráneo) que no permite una estabilidad económica sectorial. Crísis cíclicas han demostrado que a la falta de recursos para la cultura, priorizados otros bien sea de índole social o infraestructural, el área queda expósita y sujeta a los vaivenes de la crisis misma, generalmente “a la baja”.

Por ello, se hace indispensable desterrar la visión patrimonialista, consumista y “proyectista” para tender hacia una mentalidad de EMPRENDIMIENTOS, en las cuales los distintos actores culturales en sus regiones geográficas específicas, puedan ciertamente recibir una vez el impulso financiero tradicional, pero inmediatamente generen un ciclo virtuoso de autosostenibilidad creando redes interempresariales y virtuales “confederaciones” de iniciativas productivas y creativas no solo en ciertos países, sino entre varios, sean vecinos o no. La Internet sirve como instrumento telecomunicacional fundamental para crear esta colaboración que incentive la nueva circulación de prácticas tanto creativas como gestionales en todo el planeta y a largos plazos.

El que se desplace la gestión de proyectos como núcleo central del enfoque administrativo-cultural, no quiere decir que no vuelvan a existir proyectos, sino operaciones creativas que los emprendimientos realizarían creando sus propios mercados, agregando mayores y mejores demandas en cada vez más escenarios regionales, nacionales, globales.

Pero lo esencial es entender que la AUTOSOSTENIBILIDAD es el valor radical a plantear con la administración por emprendimientos, lo cual no solo da independencia económica, sino igualmente ideológica y política a gestores que otrora estaban sometidos no sólo a la existencia de recursos financieros, sino a los considerandos políticos de gobiernos encargados de distribuirlos, lo cual no quiere decir que no exista una Política Pública Cultural, sino que ésta debe ser fruto del consenso y COORDINADA, no impuesta, por el Estado.(C).

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